"El Quijote" dibujo: George Grosz , 1920 |
Sin pensarlo ni quererlo, leí un artículo por demás iracundo en contra de los profesores de comunicación de la Región Junín en el Suplemento Cultural Solo 4 del diario Correo, donde el articulista defiende a capa y espada al escritor Oswaldo Reynoso y su libro Los inocentes, afirmando que su texto fue censurado en los años sesenta y ha sobrevivido con los años. Por supuesto, no estoy en contra del cuentista y novelista arequipeño. Pero sí, por el hecho que la Dirección Regional de Educación de Junín haya avalado el mencionado libro para un arreglado Concurso de Comprensión Lectora en nuestro Diseño Curricular vigente. Entonces, ¿dónde está la descentralización educativa? Ahora bien, la literatura tiene su espacio y va dirigida al público en general y no solamente al sector estudiantil, y su lectura debe ser por placer y no por obligación.
Aclaro, el Plan Lector dice: primero se debe leer a los escritores de la localidad y de la Región. En verdad, no sé por qué razón y con qué criterio se eligió el texto de Reynoso y el de Bossio, totalmente direccionada por la editorial limeña San Marcos, habiendo tantas editoriales aquí. Además, Oswaldo Reynoso es arequipeño radicado en Lima, y nos habla de una realidad desfasada, muy lejos de la nuestra. Y la obra El llanto en las tinieblas de Sandro Bossio Suárez es un buen intento de novela histórica poblada de arcaísmos. ¿Con esos textos nuestros alumnos aprenderán algo? Y parafraseando a nuestro cucufato escritor, Reynoso no va a perder nada, tampoco los alumnos se lo aseguramos. ¿Por qué no se recomendó la lectura del jaujino Edgardo Rivera Martínez o del tarmeño José Antonio Bravo Amézaga? Por no decir de César Alfaro Gilvonio, Alberto Chavarría Muñoz y Ernesto Ramos Berrospi o la de nuestros vecinos huancavelicanos Percy Galindo y Ulises Gutiérrez que están revolucionando el panorama de nuestra literatura actual demostrando que son novelas para reflexionar y con nuevas propuestas estéticas en su construcción, demostrando que sí están trabajando con las modernas técnicas literarias.
Aún no entiendo por qué Sandro Bossio Suárez se ha rasgado tanto las vestiduras defendiendo a Oswaldo Reynoso. Sabemos que Los inocentes, en su momento fue escandaloso por el lenguaje descarnado que mostraban sus páginas. También a fines de los sesenta, el gobierno de Juan Velasco Alvarado había censurado la película Decamerón de Pier Paolo Pasolini por su alto contenido erótico. Hoy en día, esa película la pasan los canales de señal abierta y cerrada a mediodía y, mi hijo de nueve años ni siquiera se escandaliza, pero se mata de risa. Y me da pena decirlo que, nuestra literatura se encuentre por los suelos con libros anacrónicos recomendados como esos. Los maestros si saben pensar y no pecan de ignorantes, señor, por eso su oposición es justa a tamaña imposición, soslayando a otros literatos e la Región Junín .
Aclaro, el Plan Lector dice: primero se debe leer a los escritores de la localidad y de la Región. En verdad, no sé por qué razón y con qué criterio se eligió el texto de Reynoso y el de Bossio, totalmente direccionada por la editorial limeña San Marcos, habiendo tantas editoriales aquí. Además, Oswaldo Reynoso es arequipeño radicado en Lima, y nos habla de una realidad desfasada, muy lejos de la nuestra. Y la obra El llanto en las tinieblas de Sandro Bossio Suárez es un buen intento de novela histórica poblada de arcaísmos. ¿Con esos textos nuestros alumnos aprenderán algo? Y parafraseando a nuestro cucufato escritor, Reynoso no va a perder nada, tampoco los alumnos se lo aseguramos. ¿Por qué no se recomendó la lectura del jaujino Edgardo Rivera Martínez o del tarmeño José Antonio Bravo Amézaga? Por no decir de César Alfaro Gilvonio, Alberto Chavarría Muñoz y Ernesto Ramos Berrospi o la de nuestros vecinos huancavelicanos Percy Galindo y Ulises Gutiérrez que están revolucionando el panorama de nuestra literatura actual demostrando que son novelas para reflexionar y con nuevas propuestas estéticas en su construcción, demostrando que sí están trabajando con las modernas técnicas literarias.
Aún no entiendo por qué Sandro Bossio Suárez se ha rasgado tanto las vestiduras defendiendo a Oswaldo Reynoso. Sabemos que Los inocentes, en su momento fue escandaloso por el lenguaje descarnado que mostraban sus páginas. También a fines de los sesenta, el gobierno de Juan Velasco Alvarado había censurado la película Decamerón de Pier Paolo Pasolini por su alto contenido erótico. Hoy en día, esa película la pasan los canales de señal abierta y cerrada a mediodía y, mi hijo de nueve años ni siquiera se escandaliza, pero se mata de risa. Y me da pena decirlo que, nuestra literatura se encuentre por los suelos con libros anacrónicos recomendados como esos. Los maestros si saben pensar y no pecan de ignorantes, señor, por eso su oposición es justa a tamaña imposición, soslayando a otros literatos e la Región Junín .
* Publicado: Diario Primicia, Huancayo 23/05/12, pag: 4
fue rechazada su publicacion en el diario El Sol de la ciudad de Huancayo, por razones desconocidas.
0 comentarios:
Publicar un comentario