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“…el puente de Chiquiacc, el último sobre el `Mantaro´…es colgante y de 33 metros de luz, construido de palos y sogas, suministrada por el maguey (agave americana). Es notable, además, por hallarse situado en una ardiente quebrada (30º a la sombra)…Es de aquí que retrocedió el sabio naturalista Raimondi en su desembocadura para hallar la desembocadura del `Mantaro´…” (Nemesio Ráez 1901).
“…el puente de Chiquiacc, el último sobre el `Mantaro´…es colgante y de 33 metros de luz, construido de palos y sogas, suministrada por el maguey (agave americana). Es notable, además, por hallarse situado en una ardiente quebrada (30º a la sombra)…Es de aquí que retrocedió el sabio naturalista Raimondi en su desembocadura para hallar la desembocadura del `Mantaro´…” (Nemesio Ráez 1901).
Hebner Cuadros.
A 1200 m. sobre el nivel del mar, a orillas del rio Mantaro en la ultima curva de su cause con dirección al encuentro del rio Apurímac para dar nacimiento al caudaloso rio Ene, siete leguas antes, se encuentra un fabuloso paraje ecológico, quizá una de las pocas reservas de biodiversidad propias de la ceja de selva, con riquezas botánicas, ornitomorfas y zoomormas, muchas desconocidas aun para la ciencia, especialmente variedades de la flora e insectos, posee además restos de un legado arqueológico Pre Inca e Inca y testimonio de la presencia católica española, con la construcción de una Capilla franciscana de principios del siglo XVII, acentuando su importancia y belleza, por su composición geológica y paisajística.
Este espacio geográfico pertenece a la jurisdicción del Distrito de Surcubamba, Nor Oriente de la Provincia de Tayacaja, Departamento de Huancavelica, entrada hacia las montañas de Huachocolpa y Tintaipunco, lugar de mucha historia por sus celebres visitantes científicos e intelectuales.
HISTORIA:
La referencia escrita más antigua sobre Chiquiac conocida hasta el momento es de 1677, descrita por el Padre Biedna, Misionero de la Orden Franciscana que ese año realizó una expedición por este territorio, quien refiere como la quebrada de “Chiquia” conocido posteriormente como “Chiquiacc”, hoy “Chiquiac” .
En 1731, el Padre José Cabanes de la Orden Franciscana en Ocopa inicia una exploración hacia el rio Ene pasando por el puente de Chiquiac, en su afán de organizar y asentar reducciones católicas.
En 1781, los franciscanos: Fray Valentín Arrieta y Fray Joaquín Soler ingresaron a las quebradas de Sanabamba y Viscatan, pasando por el puente de Chiquiac y en 1782 fundan una Capilla a la margen derecha del río Mantaro, en las faldas de Chiquiac, con el nombre de “Patrocinio del Mantaro” que duro un promedio de 12 a 15 años, ya que la zona fue despoblada por haberse desatado una peste y como refiere Raimondi citando a los misioneros “…enfermando los primeros infieles que se reunieron allí, así como los Padres Fray Hernando Ximenes Bejarano y Fray Tadeo Giles, que entraron al mismo lugar en 1786.”, es de suponer para trabajos de catequización.
En 1731, el Padre José Cabanes de la Orden Franciscana en Ocopa inicia una exploración hacia el rio Ene pasando por el puente de Chiquiac, en su afán de organizar y asentar reducciones católicas.
En 1781, los franciscanos: Fray Valentín Arrieta y Fray Joaquín Soler ingresaron a las quebradas de Sanabamba y Viscatan, pasando por el puente de Chiquiac y en 1782 fundan una Capilla a la margen derecha del río Mantaro, en las faldas de Chiquiac, con el nombre de “Patrocinio del Mantaro” que duro un promedio de 12 a 15 años, ya que la zona fue despoblada por haberse desatado una peste y como refiere Raimondi citando a los misioneros “…enfermando los primeros infieles que se reunieron allí, así como los Padres Fray Hernando Ximenes Bejarano y Fray Tadeo Giles, que entraron al mismo lugar en 1786.”, es de suponer para trabajos de catequización.
Durante el siglo XIX, en 1858, se registra la presencia de Antonio Raimondi en “Chiquiacc”, durante su trabajo de exploración del rio Mantaro en su afán de probar si era navegable o no en su recorrido, quien hace apuntes y descripciones del histórico puente colgante y su entorno, así como de los poblados de Surcubamba y Huachocolpa.
En 1898, el entonces Subprefecto de la provincia de Tayacaja, Ing. Nemesio Raez, inicia un recorrido, por la parte oriental de su jurisdicción geográfica, para hacer un reconocimiento etnográfico y estadístico del lugar, pasando por el paraje “Chiquiacc”, donde se detiene para hacer una minuciosa descripción de su riqueza forestal, botánica y arqueológica, así mismo, detallando características del puente colgante como: longitud, material de construcción, temperatura etc., considerándolo uno de los legados históricos de gran importancia.
En el siglo XX, el año 1913, el Botánico Alemán Augusto Weberbauer, realiza una exploración científica en Chiquiac y las montañas de Surcubamba, cuyos resultados fueron publicados parcialmente en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima.
LEGADO:
Chiquiac es una zona privilegiada, porque además de su riqueza ecológica posee patrimonios históricos de gran valía como:
Chiquiac es una zona privilegiada, porque además de su riqueza ecológica posee patrimonios históricos de gran valía como:
1. Los restos arqueológicos Pre Incas, construcciones con lajas de piedra, en tres sectores (zona pública, residencia y cementerio) con presencia en pie de viviendas, plazoletas y tumbas. Asentamiento posiblemente de influencia wari, por la semejanza de características arquitectónicas (urge proyectos de prospección para determinar su origen con certeza).
2. Los Andenes, que determinan la presencia de la Cultura Inca, con innumerables construcciones a modo de terrazas amplias de 2.50 m. de fondo por 0.70 m. de alto cada escalón (actualmente cubiertos por algarrobos, cactus y malezas).
3. Los restos de la Iglesia franciscana “Patrocinio del Mantaro”, construida en el último tercio del siglo XVIII, para las misiones de catequización a la fe católica.
4. El Puente Colgante, conocido como el puente de Chiquiac, herencia de la ingeniería Pre Hispánica, fundamental como elemento de comunicación para la articulación política y el desarrollo económico por siglos. Cobra valor e importancia por el significado histórico, por las características peculiares de construcción a base de sogas de diverso espesor, trenzado con cabuya (fibra de una variedad de maguey), tejido y conservado anualmente como practica tradicional de trabajo comunal, incorporándose en el siglo XX cables como soportes, sobre el cual se sigue utilizando el tejido de cabuya con chaclas, en los laterales y la base; también cobra trascendencia por su ubicación, siendo el ultimo puente colgante de origen prehispánico, en el recorrido del Rio Mantaro.
La preservación, conservación y puesta en valor de este patrimonio cultural y natural, es deber y responsabilidad de las comunidades y autoridades del Distrito en mención para proyectarlo como potenciales recurso turístico para las nuevas generaciones.
Leyenda de fotos:
1. Puente colgante de Chiquiac, 1989.
2. Viajeros cruzando el Puente colgante de Chiquiac, 1988.
3. Bosque del Paraje de Chiquiac con el camino de herradura.
4. Puente colgante del rio Apurimác, semejante al de Chiquiac. Grabado del viajero Norteamericano George E. Squier 1877.
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